sábado, 31 de mayo de 2014

Grandes cristianos de la historia: Albert Einstein.

  Todo el mundo habrá escuchado hablar alguna vez de Albert Einstein. ¿Por qué es considerado uno de los hombres más inteligentes de la historia? ¿Qué grandes aportes hizo a la humanidad? ¿Cuáles eran sus convicciones religiosas? El artículo que sigue tratará de dar respuesta a estas y otras cuestiones acerca de la figura del genio.


Sus inicios.


Einstein a la edad de 4·10 segundos
   Albert Einstein nace en Alemania el 14 de marzo de 1879 en el seno de una familia judía. Fue tal vez la causa de que el pequeño Albert fuese un niño retraído y con problemas para expresarse. No empezó a hablar hasta la edad de los tres años.
   La historia de Einstein da verdadero comienzo al ingresar en la escuela católica de primaria de Munich. Es allí, bajo la inspiración de Jesucristo Nuestro Señor, donde sus sentidos se despiertan y aventaja al resto de alumnos.
   Existe el rumor de que Einstein en su juventud fue un mal estudiante. Esta afirmación es una verdad a medias, puesto que era superdotado para el cálculo. En cambio sus discutibles calificaciones en materia de letras se debían al escaso interés que estas asignaturas despertaban en él. Sin embargo, la fuerza de su genio abarcaba todos los campos del saber, así lo demuestra la respuesta que Einstein dio a las provocaciones de un profesor ateo:

  
  En la escuela secundaria de Arau, un profesor se sentó sobre la mesa y retó neciamente a sus alumnos con la siguiente pregunta:
  —¿No es verdad que Dios creó todo lo que existe?
  Los alumnos contestaron al unísono:
  —Sí, Dios creó todo lo que existe.
  El profesor esperaba regocijado esa respuesta, así que atacó con la siguiente afirmación:
  —Puesto que Dios creó todo cuanto existe, entonces también creó el mal. Y quien hace el mal es malvado, así concluimos que Dios es malvado por la consecuencia de sus actos.
  Todos los alumnos se quedaron en silencio sin saber qué decir o qué pensar.
  Pero entonces Albert Einstein levantó su mano y pidió respetuosamente la palabra.
  —Perdón, profesor, ¿existe el frío?
  —¿Eres estúpido, chico? Claro que existe el frío. ¿Acaso no has sentido frío alguna vez?
  —De hecho, profesor, el frío no existe. Los cuerpos solo pueden tener calor en mayor o menor medida, pues el calor se define como la energía producida por la vibración de las moléculas de un cuerpo. Lo que usted llama frío tan solo es ausencia de calor. Hemos inventado esa palabra para describir lo que sentimos en ausencia de calor.
  El profesor se quedó en silencio sin saber qué decir o qué pensar. Albert hizo una nueva pregunta.
  —Profesor, ¿existe el estreñimiento?
  —Eso no me lo va a discutir —exclamó airado el profesor—, yo mismo lo padezco y mi vida es un sinvivir. Hoy mismo he pasado cerca de una hora en la letrina sin ningún resultado. Por lo tanto, existe.
  —Lamento contradecirle, profesor, pero el estreñimiento tampoco existe. El cuerpo humano realiza la evacuación en mayor o menor medida. El estreñimiento se define como la ausencia de excremento. Es una palabra que hemos inventado para explicar el escaso movimiento intestinal.
  El profesor quedó atónito ante la explicación del joven sabio. Y en un último esfuerzo gritó:
  —¡Pero el mal sí existe! A diario lo vemos por todas partes en forma de ira, crímenes, guerras...
  —Lo siento profesor —finalizó Einstein—, el mal tampoco existe. Al menos no existe por sí mismo. El mal es la ausencia del bien. Es una palabra que el hombre inventó para definir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal, sino que el mal es el resultado de la ausencia de Dios en los corazones de los seres humanos. Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor o con el estreñimiento cuando no hay fibra en nuestra dieta.
  A continuación, Albert Einstein se persignó ante la total desolación del profesor.
  Y rezó por su alma.


Teoría de la relatividad. ¿Qué es?


Maquinistas discutiendo sobre relatividad.
La culpa es diferente dependiendo del observador.
   Tras este episodio, Albert Einstein se traslada a Suiza, donde finaliza sus estudios universitarios y obtiene el doctorado. En 1905 publica varios trabajos donde desarrolla su teoría de la relatividad, lo que le haría posteriormente merecedor del Premio Nobel. Esta teoría supone una nueva forma de entender el mundo.
   Usted se estará preguntando si es correcto tratar de entender el mundo de otra forma que no sea a través de la Palabra de Dios. La respuesta está en la relatividad. 


   Trataremos de explicarlo de una forma asequible y alejada de tecnicismos:
   Probablemente usted se habrá encontrado alguna vez en una situación similar a ésta: se sube en un tren de la estación. De pronto, desde su ventana ve cómo el expreso que estaba inmóvil en la vía contigua comienza a moverse, pero por unos momentos, se ve incapaz de determinar si realmente es el expreso el que inicia el movimiento en sentido contrario o es su propio tren el que se mueve dejando al expreso atrás. Sólo cuando observamos el paisaje, la estación y las vías descubrimos cuál de los dos trenes ha iniciado el viaje.
   Pero si esta situación se diese en la negrura del espacio sin ningún paisaje de referencia en el que apoyarse, ¿cómo sabríamos cuál de los dos trenes es el que se mueve? Se dice entonces que el movimiento es relativo, porque ha de expresarse respecto a un observador situado en un punto de referencia.

   «Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró».
(Josue 10: 12-13)
   Dicen algunos necios que el sol permanece inmóvil y es la Tierra la que gira a su alrededor. Dicen que por lo tanto el sol no pudo detenerse en el cielo y que la Biblia miente. Quien diga algo así es porque no conoce la relatividad. Albert Einstein dijo: "Visto por un observador situado en la Tierra, el sol efectúa un arco en el cielo desde la salida hasta la puesta. Una interrupción en el movimiento de rotación terrestre equivale para ese observador a una interrupción en el arco que describe el sol".


Relatividad y dilatación del tiempo.


   El tiempo es una magnitud con la que medimos la duración de los acontecimientos. Lo natural es pensar que entre dos sucesos A y B transcurre una cantidad de tiempo invariable, pero Einstein demostró matemáticamente que el tiempo también es relativo al observador.
   Un ejemplo concreto es cuando usted acude a petición de su pareja a un concierto de ópera u otro evento que no es de su agrado. Usted sentirá cómo el tiempo fluye más despacio mientras se revuelve incómodo en la butaca, en cambio para su acompañante todo ha sucedido en un abrir de ojos.
   «Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día».(2 Pedro 3:8) 
   Seguramente usted ha tenido que sincronizar su reloj en muchas ocasiones. Si su reloj atrasa es porque se está alejando de Dios, mientras que si su reloj adelanta significa que su espíritu está en el camino de Dios. Esto se expresa mediante la fórmula matemática E=MC²  donde Dios representa un Infinito teóricamente inalcanzable.



Citas célebres de Albert Einstein

«Intente penetrar con nuestros medios limitados en los secretos de la naturaleza y encontrará que más allá de todas las leyes discernibles y sus conexiones, permanece algo sutil, intangible, inexplicable. [...] Soy, de hecho, religioso».
«Incuestionablemente,  nadie puede leer los evangelios sin sentir la presencia real de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra». 

Aquel que ha aprendido a orar, ha aprendido el más grande secreto 
de una vida santa y feliz
«Pon tu mano en un horno caliente durante un minuto y te parecerá una hora. Siéntate junto a una chica preciosa durante una hora y te parecerá un minuto. ESO es la relatividad. La gravitación no puede ser la causa de que la gente se enamore».
«La vida de un hombre sin religión no tiene sentido; y no sólo lo convierte en un desdichado, sino en un ser incapaz de vivir».
«Si los creyentes de las diferentes religiones actuales se esforzaran en pensar, juzgar y actuar con el espíritu de los fundadores de tales religiones (Jesús) , entonces no existiría la hostilidad basada en la fe que se da entre esos creyentes».
«Dios no juega a los dados».
«Hay gente que dice que no hay Dios, pero lo que realmente me enfada es que me citan para apoyar su punto de vista».
«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la Fe».
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