miércoles, 6 de julio de 2011

Exorcismos: qué son y cómo prevenirlos

   Uno de los mejores engaños de Satanás es hacer creer al mundo que no existe. Sin embargo él es un ser perdido por las tentaciones y de vez en cuando no puede resistirse a darse algún homenaje un tanto indiscreto: la posesión demoníaca.
   Exorcismo es el acto de expulsar la presencia demoníaca del cuerpo de la víctima mediante el poder de Jesucristo. Aquí hallará todo aquello que un buen cristiano debe saber sobre el tema, desde una perspectiva honesta y libre de tópicos.

El exorcismo es una práctica milenaria


Cómo y cuándo Satanás toma posesión de un cuerpo humano.

   Satanás casi siempre elige a mujeres como objetivo, preferiblemente jóvenes, debido a su naturaleza débil e intelecto inferior. Generalmente la víctima acostumbra a frecuentar lugares y compañías o realizar actividades que desagradan profundamente a Dios. Escuchar "música" rock, ver caricaturas japonesas, vestir deshonrosamente, bailar desinhibidamente o bailar (a secas) ... son puertas abiertas para la entrada del Demonio, es como llevar un gran cartel alzado con el texto "Satanás" en una terminal del aeropuerto.  

   Una clara evidencia que confirmó a las caricaturas japonesas como Fuente de Poder Satánico fueron los hechos sucedidos el 16 de diciembre de 1996, cuando durante la retransmisión del episodio nº36 de la serie Pokémon (Pokemón para nosotros), 685 niños japoneses fueron víctimas de una Posesión, que gracias a Dios no llegó a consumarse. Lamentablemente los dedos de Satanás son largos y el escándalo fue camuflado una vez más por la ciencia como un "ataque masivo epiléptico".
   Pero realmente Satanás no tiene mucho interés por los niños japoneses, pues ya sabe que todas las almas de esta cultura barbárica le pertenecerán ineludiblemente. Son los casos cristianos los que verdaderamente tienen importancia y los que trataremos.

Joven tras visionar un capítulo de Doraemon



 1. Primera fase
   En primer lugar la víctima comienza con unos síntomas leves, como irritabilidad continuada y aversión hacia las imágenes católicas tales como crucifijos y demás iconografía sagrada. Existen en el mundo muchas personas con tales indicios y en los que sin duda Satanás ha metido un pie con suavidad dentro de su puerta sin ellos siquiera sospecharlo.
   Es muy recomendable que en este punto y ante la menor sospecha se proceda a inspeccionar el jardín de su vivienda, pues con toda seguridad hay una estatua de Pazuzu oculta. Búsquela y destrúyala. Propóngalo a los demás como una actividad en forma de juego para evitar alarmar innecesariamente a sus familiares y vecinos.
   Es muy probable que si no encuentra la estatua de Pazuzu, la raiz del mal sean esos gnomos de jardín, figuras de yeso paganas originarias de culturas nórdicas y extrañas. Si tiene alguno, destrúyalos todos.


2. Segunda fase
   En caso de que la búsqueda sea infructuosa, con el tiempo puede dar paso la segunda fase de la posesión: vómitos y contracciones. No se moleste en acudir a un médico, solo servirá para darle más tiempo a Satanás. Llame de inmediato al pastor de su iglesia y comuníqueselo.
   Si llega a tiempo podrá cortar por lo sano el mal, por eso es tan importante que los pastores dispongan de un buen carro o una colección de ellos, además de un pickup de gama alta por si el terreno es montañoso...

   El pastor está capacitado en el nombre de Jesús para expulsar al Demonio del cuerpo, generalmente mediante un soplido y una palmada en la frente que a simple vista parece sencillo pero que requiere de una canalización de energía descomunal, por eso no es recomendable intentarlo por nuestra cuenta. Llame siempre a un pastor, para eso están. 


3. Tercera fase
   En los casos más extremos, en los que Satanás se ha mostrado más reticente a desistir, la familia de la víctima ha tardado demasiado en solicitar ayuda o la habilidad del pastor ha sido insuficiente, entraremos en la tercera fase. Aquí la voz de la víctima se torna como si se hubiera fumado un paquete de celtas sin filtro, además de entrar en un estado de encabronamiento profundo, profiriendo improperios y emitiendo todo tipo de fonemas extraños. Muchos hombres han vuelto de la taberna a las tantas de la madrugada con estos mismos síntomas pero, al ser el hombre una criatura fuerte en Dios, se le suele pasar al día siguiente con un poco de reposo e hidratación.

¿Quien podría resistirse a esto?
   Más grave aun son los estigmas y heridas que se producen sin motivo aparente en la piel, las contorsiones imposibles, fuerza sobrehumana e incluso la levitación. Finalmente la persona pierde totalmente el control sobre su ser y Satanás se manifiesta abiertamente, presentándose bajo una de sus múltiples formas.
   En este punto se hace necesaria la intervención de un sacerdote de los buenos, es decir, de los que visten de negro y llevan alzacuellos. Está comprobado que los sacerdotes ancianos, delgados y aguileños, que se peinan la cortinilla hacia un lado en un vano intento por combatir la calvicie, multiplican por diez los efectos positivos del exorcismo.




El caso de Julianne Austin

   En 1976 sucedió el exorcismo más violento y terrible de los que se tiene constancia. La joven Julianne comenzó con 16 años a sufrir extraños temblores y perder el control de su cuerpo. Inmediatamente unos doctores le diagnosticaron erroneamente con el mal de la epilepsia y la encerraron un un hospital psiquiátrico donde le suministraron todos los fármacos habidos y por haber. Pero fue entonces cuando comenzó a tener visiones demoníacas en los momentos en los que rezaba y supo así que estaba poseída por Satanás.

   Julianne fue sacada de dicha institución y llevada al hogar, donde dejó de comer, puesto que  Lucifer, Belial, Caín, Judas Iscariote, Nerón, Hitler y el párroco Fleischmann (que así se llamaban sus demonios) se lo impedían, y llegó a reducir su peso a 30 Kg.
   Su historia es realmente triste y desgarradora, llevando a sus padres a un estado de desesperación total ante el rotundo fracaso de la medicina, pero lo importante de ella es la moraleja que se desprende, puesto que cuando todo parecía perdido un hombre de Dios entró en escena. Para entonces, Julianne solía agredir a sus familiares, dormir en el suelo, gritar durante horas hasta escupir sangre, rasgarse las vestiduras y beber sus propios orines.

   Este hombre dio comienzo a una serie de sesiones de exorcismo mediante el Rituale Romanum, al menos dos por semana durante diez meses, en los que los crucifijos de la pared se volteaban y los cristales de las ventanas se rompían. No hay mucho más que contar acerca del proceso, pues este método consiste en desgastar psicológicamente al Maligno mediante la monotonía de la recitada letanía.

   Finalmente, el 1 de Junio de 1976, toda presencia demoníaca abandona el cuerpo de Julianne. El milagro se había realizado. Cuando quisieron dar gracias a aquel hombre, él dijo "No me las den a mi, dénselas a Jesús Cristo" Entonces tomó su maletín, se puso su sombrero y abandonó la casa. Todos vieron como se alejaba por la calle, perdiéndose en la lejanía envuelto en una aureola de luz.

   Aquel hombre se llamaba Albert Einstein.



Resumen de enseñanzas
  • Frecuente lugares cristianos, practique únicamente actividades sanas y vista adecuadamente.
  • Destruya todos los ídolos que procedan de paises orientales. Si su rosario es Made in Taiwan consultelo primero con su pastor.
  • Asegúrese que su pastor tenga un vehículo veloz y con cromados.
  • No se fíe de la medicina, es un engaño. La verdadera curación está en la fe.
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